2ªp
ATRAPADO ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO.
A 28 de febrero de 2014..
Hola hijos míos.
Os llamo hijos míos, a los
descendientes de Adán y Eva. Y entre estos a todos los que todavía tenéis
esperanza y fe, en las promesas de Dios, y también a los que hayáis puesto
estas esperanzas y fe, en mí.
¡Pero
yo hoy voy a defraudaros, y a estimularos para que no volváis a creer en
mí, ni a poner vuestras esperanzas, ni fe en mí! ¡Ponedlas en Dios, solo en
Dios! ¿Y sabéis por qué? ¡Porque estoy cansado de aguantar todo tipo de
persecuciones! ¡Persecuciones legales! ¡Persecuciones ilegales! ¡Persecuciones
maliciosamente entramadas! ¡Persecuciones religiosas! ¡Persecuciones políticas!
¡Persecuciones sociales! ¡Persecuciones económicas, etc.! ¡Persecuciones a las
que habéis puesto precio a mi vida! ¿Pero qué puedo esperar de los ángeles
caídos, o de personas, de todo tipo de seres humanos, que disimulan sus
amarguras detrás de todo tipo de fiestas, orgías, idolatrías, celebraciones, bebiendo,
drogándose, fornicando y desahogándose
con mil millones de ocurrentes y compañerísimas, arguciosas*, y maliciosas
maneras con el resto de seres humanos con los cuales la toman, y deciden que es
mejor eliminar, porque simplemente son diferentes o no están de acuerdo con
ellos, con su manera de corromperse, con su manera de invivir (malvivir,
involucionar, suicidio espiritual, regresión al caldo de la vida básico e
inconsciente, etc.), que no están de acuerdo con su manera de disimular que no
son, lo que los demás esperaban de ellos, y sobre todo y más que nada, disimular
que no son, lo que ellos mismos esperaban de sí mismos, etc.?
¡Después
de llevar varios años de averiado mentalmente, y comprobar que las llaves
inglesas habían desgastado y malgastado las tuercas de mis sentidos, y las
potentes llaves fijas de presión, habían pasado de rosca casi todas mis tornillos,
y haber empezado a recobrar y a echar mano, y, a rebuscar en el cajón de los
trastos, tornillos, clavos, tuercas, arandelas, etc., apartando el polvo, la
suciedad y las telarañas! Si. En ese cajón de los trastos de nuestras almas,
donde uno rebusca muchas veces removiendo el pasado, tratando de encontrar el presente,
para comprender o tratar de labrar, sembrar o tratar de ver si tenemos futuro. Si.
En ese cajón de la inconsciencia, metí mi mano rebuscando en mi alma, un poco
de mi conciencia, donde cayeron en mis manos unas fotocopias de unos apuntes
realizados a mano en cualquier simple máquina de escribir, en los cuales se
reflejaban los detalles para llevar un ayuno purificador de cuarenta días, que
todo lo curaba: depresiones, enfermedades graves de todo tipo, canceres, etc.
Bueno de esto que sigue, sobre los ayunos ya os dejaré leer en otro momento.
Ahora tan solo os mostraré algunos relatos que hay entremedias y calcetines.
Yo
aunque siempre había sido una persona muy decidida y valiente, serio y con una
fuerte personalidad y carácter, desde niño. Y cuando llegué a cierta edad y la
vida me maltrató violentamente, porque pensé precisamente que siempre sería
fuerte y valiente, y que todo lo resistiría. Y no fue así. Sino que batalla
emocional y sentimental, tras batalla, caía derrotado, como cuando cae la arena
de un castillo que se levanta en la playa y al secarse esta, y, la azotan los
fuertes vientos marítimos o secanos del norte, la arena superficial sale
volando y empieza a desmorronarse el majestuoso castillo, quedando poco a poco,
tan solo un montón de arena desperdigada por el suelo. Así se desmorronaba mi
fuerte carácter, mi indomable valentía, y lo que pudiese quedar de mi entereza,
de mi sentido común, o, simplemente todo lo que pudiese quedar de algo, de lo
que había sido, y que pudiese recordar como propio, como mío, que pudiese darme
o recordarme, algún tipo de satisfacción y reconocimiento. Nada quedaba de mí,
ni de lo que había sido, ni de lo que pudiera imaginarme que era. Solo era un
montón emocional y sentimental, de arena o tierra seca en el suelo, que
cualquiera podía pisotear sin sentir remordimientos. Así había quedado y
llegado a ser yo, mi yo. Por lo que ponía todo mi coraje, valentía, rabia,
furia y desesperación, que podía hallar todavía escondidas en algunas células
de mi alma, porque las de mi cuerpo no daban señales de sentir, ni de hacerme
sentir hambre. Ni daban señales de estar ya muy vivas, ni con ganas de vivir.
Pero sin embargo mi espíritu quería vivir, y quería que mi cuerpo sanara, para
hallarme de nuevo y para encontrar, y encontrarme con todas aquellas buenas
características y cualidades que antes me definían tan claramente, y que el
duro mal tiempo de la vida las había borrado, como la intensa lluvia puede borrar
el camino que dejan las lágrimas al recorrer las mejillas de un rostro
interminable y que parece terminar dentro de uno mismo, en los más profundo de
nuestro ser, donde caen estas lagrimas que ya se han secado cuando recorren el
espacio y el tiempo que tardan nuestras emociones y sentimientos, en sentirse
vacios, desesperados, mudos, solos, y sin esperanzas de consuelo o compañerismo
donde saciar el hambre de amor, la sed de la paz, y el alivio de todos nuestros
temores.
¿Por
qué tengo que tener yo derecho alguno a expresarme libremente?
¿Por
qué si estoy sano y cuerdo, tengo que tener la libertad de expresarme
libremente?
¿Por
qué si soy un demente, tengo que tener algún derecho de libertad de expresión?
¿Por
qué si estoy cuerdo, no se me ha de mandar encarcelar por injurias?
¿Y
por qué no, esté cuerdo o loco, si resulto injurioso, para todas vuestras
conveniencias, no se ha de librar al mundo de mí presencia?
¿Tal
vez me parezca a mí y a mis percepciones estúpidas o bobas, o cuerdas, o locas,
o fingidoras de locura, o fingidoras de cordura, que el rey que ha tocado en
este supuesto Estado de derecho democrático y libre, y supuesto Estado
patriótico, parece un santurrón, un ignorante, un ser humano al que no se le
podrían confiar ningún tipo de serias responsabilidades, si no fuese porque
está rodeado de muchos asesores, expertos y entendidos de todos los tipos,
formas y ramas sociales? ¡Debe ser una paranoia mía, o quizás una imagen esquizofrénica
que mi cerebro se crea y se la cree! Menos mal, que con la imagen de este señor
vuestro rey, no el mío, (porque yo tan solo tengo un Rey, Dios). Pues menos mal
que con la imagen esquizofrénica que tengo de vuestro rey, no converso, ni me
guía, ni me dice nada inteligente, ni me descubre ninguna sabiduría, etc., sino
que más bien me da la ligera impresión de que es una imagen sin sentido de la
realidad, ni sentido de saber a dónde se dirige, ni donde verdaderamente está, ni
lo que hace. Y si pensar esto, o parecerme esto, se llama injurias a vuestro
rey, detenedme con vuestras hordas de agentes de seguridad de su estado,
encarceladme, o mandadme ingresar en un manicomio o centro siquiátrico, para
que tanto en la cárcel , como en cualquier otra parte que me recluyáis, pueda morirme
de una parada cardio-respiratoria, o me haya suicidado, o me aparezca al cabo
de algún tiempo algún cáncer mortal, etc., al fin y al cabo, todos en principio
o al final, ya sean los que realizan las autopsias, etc., que trabajan directamente
o indirectamente, para su rey, estaría orgulloso de hacerle la pelota y
servirle, y agradarle a cualquier precio, porque saben que tendrían alguna
buena recompensa, etc., y todo se quedará en casa, y el trapo sucio que soy yo,
se lava en casa, y aquí nunca ha pasado nada. ¡Que estamos en un país libre y
democrático! Y regidos por su buen estado de derecho, ese derecho que les
interesa y les sirve, y manejan a su antojo. ¿Pero por qué andarse con
trapalladas y rodeos, y mejor simplemente mandarme desaparecer, sin más? ¿Acaso
en este país no está lleno de perros fieles, que a una leve insinuación, o
gesto de su rey, estaría dispuesto a ser un buen y ejemplar ejecutor,
perseguidor, complicarme la vida, la existencia, etc., como sucede muchas veces?
¿Tal vez ni siquiera esto haga falta, porque existen tantos y buenos perros,
que cazan por olfato y por darse el gusto y el placer, de perseguir con sus
instintos más íntimos lo que mejor saben hacer, sin que su dueño siquiera los
adiestre, ni manden, ni ordenen? ¡Bueno, pues esta es una buena oportunidad
para ascender, para quedar bien, para progresar y subir, y llegar lejos en la
vida, en vuestras vidas, no desperdiciéis, no desaprovechéis, ni despreciéis
esta gran oportunidad, porque a lo mejor no tendréis o no se os volverá a presentar otra como esta! ¡Adelante el
futuro glorioso os aguarda si acabáis conmigo! ¿O, quizás no sea así, y después
de que le hagáis tan enorme favor, para dar ejemplo de su buena justicia, os
encarcelen y os hagan cumplir una buena, cómoda, arropada y tierna, estancia que
os espera por parte de vuestros admiradores los que os toquen de carceleros? ¡Puesto
que seréis sus héroes, aunque nunca lo manifiesten en los medios de
comunicaciones, pero os lo demostrarán porque os tratarán como a reyes en sus
cáceles! ¡Adelante, yo os animo y hacedlo, porque será el más grande y fácil
negocio, que realizaréis en vuestra vida, y, al salir de la cárcel tendréis
grandes recompensas y méritos, que no sabrá el público, pero que disfrutaréis y
os hará que toda lo que resta en vuestras vidas será una maravilla, todo irá de
perlas y vivir bien! ¡Así también yo sabré si tan solo he sido un pobre loco,
un farsante, un desquiciado, o, soy el que Dios dice que soy, el Cristo
esperado! ¡Ahora yo soy el más interesado en saber quien realmente soy, porque
ya me he cansado ser o no ser, de parecer, o de no parecer, de ser Cristo o un
un anticristo, de ser el verdadero, o un engañador, etc., y, si verdaderamente
soy Cristo, nada podréis hacerme, y Dios y los ángeles de los Cielos, me
protegerán de todo mal!
¿Acaso
si viniese Cristo a este mundo, o, yo verdaderamente fuese Cristo, creéis de
verdad, que me va a importar, que el rey de este país sea o aparente ser, listo,
tonto, sabio, ignorante, supuesto bueno o malo? ¿De verdad creéis que a él y a
vosotros os juzgaría por lo que parecéis u aparentáis, y que os serán
perdonados vuestras faltas por ignorancia, o por despiste, o porque teníais
tiempo para arrepentiros más adelante si es que realmente algún día eso de que
Cristo vendría a este mundo fuese verdad, o, si yo fuese Cristo, más bien os
juzgaría según el grado de responsabilidad que ostentáis en vuestros cargos
sociales? ¿No lo sabéis? ¿Lo ignoráis? ¡Bueno, para esto NO hay que ser muy
inteligente, ni listo, para adivinarlo, comprenderlo y saberlo, baste con saber
lo que nos pasaría si tuviésemos un despiste, un olvido, un descuido, una
ignorancia, una inocente irresponsabilidad, etc., cuando conducimos nuestros vehículos
y nos pilla un radar, nos observa un agente del tráfico que vigila atentamente
que el rey de este Estado y su familia, que tienen parte de sus negocios en las
multinacionales de los seguros, no sufran pérdidas por los accidentes, y mucho
más si hay muertos, que les dan tanta pena y lástima, y hacia los cuales
muestran tanto amor y cariño, si se nos ocurre morirnos de un accidente de tráfico,
pero que no dan tanta pena ni lástima, ni merecen su cariño y protección, si
los muertos ocurren en otro tipo de desgracias producidas por las injusticias
con que tontamente e ignorantemente nos gobiernan!
Ya
lo veis, yo no puedo ser el Cristo esperado, porque soy grosero, faltón e
irrespetuoso, y según vosotros Cristo es bueno y perfecto, porque se parece a
su Padre Celestial.
¿Y
si os dijese que para que tengáis las más firmes bases para seguir creyendo que
soy un falso profeta, un falso cristo, un embaucador de almas y conciencias
para desviaros hacia el mal, para torcer vuestros puros y sanos caminos, y
conduciros hacia el Diablo, y para convenceros de que, Dios también es bueno y
malo, también es justo e injusto cuando quiere, también ríe y llora, también es
perfecto e imperfecto, etc.? ¡Estas cosas os las digo, para que todos los que
me odiáis, ignoráis, despreciáis, etc., y para todos los que podríais
admirarme, amarme, seguirme, etc., NO lo sigáis haciendo, porque yo no
quiero seguidores, no quiero admiradores, no quiero adoradores, ni quiero
votantes, ni quiero santurrones de turno, ni quiero ni deseo nada de vosotros,
ni necesito nada de vosotros, más que lo que Dios quiere y desea de vosotros, y
es que hagáis su Voluntad. ¡Porque no estáis haciendo la Voluntad de Dios, y ni
siquiera lo intentáis! ¡Sino que la única voluntad a que dedicáis vuestras
vidas está bien a la vista, y por ello estáis siendo juzgados! No estáis siendo
juzgados, por vuestras oraciones, por vuestros rezos, por vuestras adoraciones,
por vuestros cultos, por vuestras religiones, o por vuestros supuestos
cumplimientos de los Mandamientos de la Ley de Dios, porque si los cumplieseis,
se notaría, se sabría, se manifestaría públicamente y todo el mundo vería con
asombro cómo se estaba cumpliendo en tal o cual sitio o comunidad, la Voluntad
de Dios. ¡Pero no es así! ¡En ningún sitio determinado de este Planeta y mundo
humano, existe lugar donde se esté cumpliendo la Voluntad de Dios, como tampoco
existe ningún colectivo humano religioso, moral o ético, donde se esté
cumpliendo la Voluntad de Dios en este mundo humano! ¿Y sabéis por qué lo sé?
¡Porque donde se cumple la Voluntad de Dios, se manifiesta su Justicia! ¡Y si
en este pequeño Mundo se manifestase la Justicia de Dios! ¿Creéis qué pasaría inadvertido
este lugar o colectivo de gente si llamar la atención de los medios y de los
poderosos? ¿Verdaderamente creéis que si existiese un colectivo o lugar de este
mundo, que estuviese haciendo la Voluntad de Dios, no sería lo más grande,
maravilloso y llamativo, de este pequeño mundo humano? ¿Todavía os gusta soñar
y jugar a engañaros hipócritamente creyendo que alguno o algunos, estáis en el
camino correcto, en el camino trazado por Dios, en el camino de la Verdad, en
el camino de la Vida? ¿Si así es, en que os diferencias de los demás colectivos
humanos, por las zonas geográficas, por el color de vuestra piel, por vuestra
educación, vuestros títulos, por el lugar afortunado o infortunado, en que os
ha tocado nacer o vivir, por la iglesia o religión que practicáis, por las
distintas oraciones, por los distintas adoraciones, rituales, por las distintas
predicaciones y conferencias que dais muchos o muchos seguís, que os pongáis o
no el futuro chip satánico o marca de la Bestia Apocalíptica, etc.? ¿Todas
estas y más diferencias, y etc., y etc., y etc., son las que os diferencian y
hacen que unos seáis más verdaderos que otros, o más escogidos que otros a los
ojos de Dios? ¿Verdaderamente creéis que si juntáramos todas vuestras
diferencias religiosas, sociales, morales, éticas, económicas, políticas, etc.,
darían como resultado: “LA VOLUNTAD DE DIOS”? ¿A quién pretendéis engañar a
Dios, o a Cristo? ¿Cómo se puede ser tan tonto, estúpido, imbécil, ignorante,
listo, inteligente, sabio, predicador, pastor, policía, soldado, político,
empresario, rico, gobernador, senador, diputado, ministro, vicepresidente,
presidente, jefe del estado, rey, lacayo, súbdito, pobre o desgraciado, para
comprender algo tan simple, como que, que por mucho que os engañéis a vosotros
mismos y a los demás, no se puede engañar a Dios, ni a Cristo?
Y
para vuestra satisfacción, y apara vuestro regodeo, y vuestro malicioso gozo,
para que os reafirméis en vuestras creencias y todavía tengáis más y más
pruebas, para repudiarme, despreciarme y asquearme, y averiguar lo vil, lo bajo
que soy, lo impuro de que está compuesto mi ser, o del mal, donde se esconde mi
supuesta ruin personalidad satánica, y lo mierda que soy, y la grosería que
supuestamente puede estar y brotar del corazón de un maligno demonio, ¡aquí
estoy! ¡Cierto, es verdad, así también soy yo!
¡Y ese y este, soy yo! ¿Contentos? ¿Al fin satisfechos y complacidos?
¿Por fin respiráis aliviados y vuestras almas bailan gozosas? ¡Pues me alegro
por vosotros! ¡Disfrutad, alegraos, gozaos, dad cánticos benditos de júbilo a
vuestros dioses diferentes y haced la voluntad cada uno a su manera y según le apetezca, porque al fin
tenéis verdaderos motivos para ser felices, porque me habéis descubierto! ¡Habéis descubierto a un según vuestras particulares
y diferentes éticas, diferentes morales, iglesias, religiones,
creencias, ritos, adoraciones, predicaciones, conferencias, charlas, etc., un
demonio que se hacía pasar por nada más y nada menos, que por Cristo! ¡Y qué os
digo y también os vuelvo a decir, para que os escandalicéis y os reafirméis en
vuestras falsas convicciones, que Dios también es malo! ¡Y qué os vuelvo a repetir
que Dios también es injusto! ¡Y que también os vuelvo a decir que Dios también
es cruel! ¡Veis, según vosotros
tan solo un demonio podía decir o pensar estas cosas de Dios! ¡Alegrad vuestros
corazones y dad saltos de alegría, por fin según vosotros habéis
descubierto a un mentiroso que os engañaba a muchos, y a otros más, jamás les
he llegado a engañar, porque permanecían en su santa fe, en su recto camino, en
su santo lugar, en su fe verdadera que tan solo daba el fruto a sus
conveniencias mundanas! ¿O, es que vuestros frutos servirían para alimentar el
estomago de Dios, o tal vez, le producirían vómitos? ¿Ciertamente lo sabéis?
¿Estáis seguros de vuestra fe? ¿Estáis seguros de vuestra moralidad? ¿Tan
seguros estáis de lo que hacéis es cumplir la Voluntad de Dios? ¡Pues seguid
así! ¡Yo mientras tanto seguiré diciendo que Dios es malo, es guapo, es feo, es
limpio y a veces sucio, es bueno y a veces malo, siempre es santo y a veces no,
etc.! ¡Y lo digo porque yo amo a Dios! ¡Y lo digo porque este es el Dios que se
comunica conmigo y es el Dios que me ama y me quiere, y protege cuando quiere y
muchas veces cuando lo necesito mira hacia otro lado! ¡Este es mi Dios
verdadero! ¡Este es mi Dios Único y Santo! ¡Este es mi Dios todopoderoso y
salvador! ¡Y le doy gracias a mi Creador, por hacerme a su Imagen, y,
Semejanza! ¡Por ello Dios dijo en Génesis después de que Adán fuese conocedor
del bien y del mal: “Ahora el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros,
conocedor del bien y del mal”! ¿Comprendéis los tontos y los listos, los
ignorantes y los supuestos sabios, los pobres o los ricos, los supuestos verdaderos
creyentes o los ateos, los predicadores o los escuchadores, los empresarios y
los obreros, los supuestos buenos y los malos, lo que Dios decía con estas
sencillas palabras que brotaban como agua fresca y pura, de su corazón sincero,
honrado y honesto, que, no encierran ningún tipo de misterio insondable, ni
incomprensible, ni indescifrable, ni ininteligible, o, que sea tan sutil que
sea indetectable e intangible para nuestra conciencia e inteligencia más
ordinaria? ¿Es tan difícil de entender que Dios con estas palabras estaba
reconociendo que no solo era conocedor del bien, sino que, también era conocedor
del mal? ¿Y Dios por qué era tan buen conocedor del mal? ¡Yo os lo diré a
vosotros, lo diré para todos los tontos y para todos los listos, sabios,
pastores, sacerdotes y borregos! ¡Dios era tan buen conocedor del mal,
porque cuanto mejor conocedor del mal se es, mejor conocedor del bien se es!
¿Seguís sin comprender santurrones de turno y sus seguidores todos los
aprendices santurroncillos y san turroncillos?
¡Y
yo soy malo y bueno, porque Dios me ha creado a su Imagen y Semejanza!
¡Y
yo puedo ser verdadero o un falso, porque mi buen y grandioso, y poderoso
Creador, me ha hecho a su Imagen y Semejanza!
¡Y
doy gracias a mi Dios, por haberme creado, sucio o limpio, feo o guapo, ruin,
malvado u honrado, tal vez asesino, ladrón, o mentiroso, quizás engañador,
estafador, falso o fiel, porque así, tengo la oportunidad de conocer todo lo
malo y todo lo bueno! ¡Y porque así mi Dios, me ha capacitado de un maravilloso
y grandioso poder, para discernir lo bueno de lo malo! ¿Cómo se podrían
superar todos los defectos e imperfecciones, si no los conocemos, si no sabemos
lo que son, si no podemos tomar conciencia de que existen, y donde verlos
reflejados, donde observarlos y estudiarlos, si no los reconocemos?
¡Oh
mi gran Dios, gracias Señor! ¡Oh mi buen Creador que me has hecho a tu Imagen,
y, Semejanza, para que algún día Señor, pueda seguir tus huellas marcadas en el
infinito de mi alma!
¡Señor
mi Dios verdadero y santo, y todopoderoso, sabes que te seguiré, seguiré tus
pasos allá donde vayas, y te seguiré hasta donde mis fuerzas me alcancen, y
seguiré siendo malo o bueno, ladrón o asesino, verdadero o falso, mentiroso o
hipócrita, justo o injusto, para que siempre sepa distinguir el bien del mal,
para que siempre tenga conciencia del bien y del mal, para así mi Dios, jamás
pueda extraviarme del camino que me has dejado marcado, dispongo del compás, de
la mejor brújula que me servirá para guiarme y saber qué rumbo tomar! ¡Halle
donde me halle, en el lugar del infinito de las estrellas que me halle, en el
mundo más cercano o lejano de todas las existencias habidas y por venir, me has
dejado, me has dotado, de la poderosa herramienta de la virtud que significa
haber sido Creado por tu santa mano, a tu Imagen, y, Semejanza, hasta que
llegue el día, en que estas herramientas sepa manejarlas a conveniencia tuya, y
para que sin lugar a dudas de ignorancia, o inexperiencia, o impericia, sea un
experto conocedor del bien y del mal, como para que nunca me equivoque, y,
confunda por ignorancia, el bien con el mal, y el mal con el bien, y, para que
siendo un experto conocedor del bien y del mal, jamás siguiendo tu santa
Voluntad, permita que el mal supere nunca al bien, porque esta es tu verdadera
Voluntad al habernos dotado y creado, con la capacidad sabia de ser conocedores
del bien y del mal, con la capacidad inteligente y sabia, y experta, de tu
Imagen, y, Semejanza!
Cristo
Maestro Andar.
*ARGUCIOSAS: Argucias maliciosas, endiabladas, argucias espumosas,
argucias gaseosas, argucias enajenadas, argucias picantosas, argucias asquerosas,
etc.