LOS TIBIOS Y los
métodos filosóficos, religiosos, de relajación, meditación, comunicación interior,
comunión interior con uno mismo, la búsqueda del yo interior, etc.
A 14
de septiembre de 2013.
Hola
hijos míos.
Bueno,
sé perfectamente que parece contradictorio que haya que amar primero a nuestros
semejantes, antes de que nos amenos a nosotros mismos, pero aunque parezca
contradictorio, no lo es. Y que se aprende más fácilmente primero a saber lo
que significa lo que es amarnos, cuando al tratar de amar a nuestros semejantes
descubrimos realmente lo que es el verdadero amor. Es como si pretendiésemos construirnos
una maravillosa casa, empezando por fabricarnos donde suponemos que va a estar
nuestra confortable y feliz habitación, un relajada y armoniosa cama donde
hallaremos la paz y el descanso, pero que cuando nos acostamos y relajamos, comienzan
las obras de limpieza del terreno y excavaciones donde se cimentará y empezará
a construir la casa. ¿Acaso seréis capaces de hallar el verdadero descanso, armonía,
paz y alegría, con todos los obreros y maquinaria removiendo el terreno, o estaréis
vigilando y alerta para que no os sepulten bajo los escombros y cimentaciones?
¡Por mucho que os apartéis del paso, de las herramientas y maquinarias de los
obreros, y no participéis directamente en las obras, sino que os mantengáis con
una supuesta calma, sosiego, armonía, concentración, meditación, etc., pues por
mucho que paséis de participar directamente de las obras, os veréis sometidos a
apartaros de su camino y empujados hacia un lado u otro lado continuamente,
etc. Con estas cosas os estoy diciendo que, vuestras aptitudes de concentración,
meditación, relajación, comunión con uno mismo, con la búsqueda de nuestro yo
interior, (-), etc., lo único que se consigue es lo que las Sagradas Escrituras
llama “ser tibio”. Porque los tibios no están ni en el bando de los supuestos
buenos, ni en el bando de los supuestos malos, y que no están en el bando de los
creyentes, ni en el bando de los ateos, o participan en los dos o más bandos al
mismo tiempo. Los tibios son los peores seres humanos que existen, porque por
culpa de los tibios no se cambian las cosas, ni las religiones, ni las políticas,
ni el bien ni el mal, etc. Estos no participan directamente en nada, sino que
participan indirectamente en todo y son cómplices directamente de todo. Cómplices
de lo supuestamente bueno y cómplices de lo supuestamente malo. Los tibios que practican las meditaciones,
concentraciones, relajaciones y la búsqueda de su ser interior, de su yo
interior, de su paz interior, de su comunión interior, etc., invierten egoístamente
tanto tiempo ensimismados consigo mismos, que no participan ni influyen en los
acontecimientos diarios de la humanidad, ya sea a favor o en contra de algo. Y
todo esto, para encontrar una supuesta personalidad interior más elevada, más
pura, más sutil, más perfecta, más evolucionada, sin darse cuenta de que
nuestra personalidad más perfecta y evolucionada, tenemos que trabajarla en la
obra diaria de la construcción de la realidad, participando mano a mano con
nuestros semejantes. Sin comprender que sus ansiadas personalidades interiores,
no están más elevadas espiritualmente, ni son más perfectas, ni son más evolucionadas,
sino que, estas personalidades son y pertenecen a unas tribus interiores irracionales,
donde viven no solo nuestros antepasados, sino, también todas aquellas almas
que despojadas de sus cuerpos humanos, vivieron socialmente con ellos, formando
no solo sus familias, sino también sus tribus, poblaciones locales, regionales,
nacionales, etc., que tuvieron que ver algo o mucho con ellos y nosotros, en
esos tiempos y diferentes vidas, que no solo nosotros hemos vivido y estado,
sino todos con los que nos hemos relacionado directamente o indirectamente, y
también nuestros antepasados. Ya sé que esto resulta complejo de aceptar, pero
no de entender y comprender.
Bueno.
Ya. Tal vez. A lo mejor. ¡Qué bien y amén!
Maravilloso
soy. Yo y yo. Tú y tú. El y el. Conmigo mismo. Contigo mismo. Comunión conmigo
mismo. Comunión con mi yo interior, Mi estómago. Mi corazón. Mis emociones. Mis
sentimientos. Mi amor. Mis deseos. Mis pensamientos. Mis pasiones. ¡Fuera todo
lo demás! ¡Yo y solo yo! ¡Qué lindo! ¡Maravilloso! ¡Estupendo! ¡Impresionante!
¿Y luego qué? ¿A continuación que sigue? ¿Más adelante que hay? ¿En realidad quién
soy? ¿En verdad, yo solo soy yo? ¡No! ¡No es cierto que yo tan solo sea yo!
¡Sino que la construcción de mi yo, está formada por muchos yoes, que conforman
y dan lugar a la apariencia de un solo yo, pero que no lo es! ¡Y no lo es,
porque nuestra personalidad que parece una, tampoco es una, sino que, está
formada por muchas personalidades, porque nosotros estamos formados por varias
mentes, y porque cada una de estas mentes reside en cada chacra, centro energético,
dimensión, mundo, etc., como queramos llamarlo o definirlo, según nuestras
tradiciones, culturas, religiones, filosofías, doctrinas, etc., y, todavía
encima de todo esto, cada una de nuestras mentes a su vez, está formada por muchos
seres dimensionales dando esto lugar a muchas personalidades. Y esto da como
resultado que es más difícil ponerse de acuerdo interiormente, y encontrar esa
comunión interior, que hacerlo en la escuela de la vida con nuestros semejantes
como compañeros de pupitre, como compañeros de clase, y como compañeros de
camino¡ ¡Y que, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, para
que aprendamos a tener comunión con tantos yoes interiores, no existe mejor
escuela, ni universidad, ni iglesia, ni templo, que, la vida humana y las relaciones
entre los seres humanos! ¡Ni mejor Consejo, Orientación para hallar la
verdadera comunión interior, que el Mandamiento de Dios y Jesucristo para la
humanidad de, “Ama a tus semejantes como a ti mismo”. Porque al intentar amar a
nuestros semejantes como a nosotros mismos, lo que verdaderamente estamos
aprendiendo en realidad es a amarnos verdaderamente a nosotros mismos, y, al
intentar que exista una verdadera comunión con nuestros semejantes, lo que
verdaderamente estamos aprendiendo, es a comprender como se realiza de una
manera fácil y sencilla, la verdadera comunión con todos nuestros seres y
personalidades interiores que nos conforman, y, tratan de dar lugar a una sola
apariencia personal que represente el bien común de nuestro universo interior.
Pero tratar de obtener esta comunión interior es cosa imposible si no se ha
conseguido antes, la comunión exterior con nuestros semejantes. Semejantes a
los que podemos ver, oler, oír, tocar, amar, odiar, sentir, etc., y con los
cuales podemos compartir en la práctica todas nuestras necesidades materiales y
espirituales. Tratar primero de conseguir la comunión interior es empezar la
casa por el tejado, o por la cama donde hemos de dormir y descansar, o, estar
siempre insistiendo en la teoría de las cosas, en la teoría de nuestras experiencias
vitales, en las teorías religiosas, teorías ateas, teorías teológicas, filosóficas,
políticas, económicas, sociales, en las teorías morales, teorías éticas, etc. ¡Y
ya es hora de dejarnos de tantas teorías y de pasar a las prácticas, porque ya
va siendo hora de que dejemos de ser niños inexpertos jugando a ser hombres que
forjan su destino y el destino de sus venideras generaciones! Ya va siendo
hora, que colguemos todos nuestros títulos académicos, profesionales, universitarios,
etc., en la pared, y nos pongamos a ejercitar la profesión de hombres comunes
honrados y decentes, en la práctica diaria de nuestras vidas y con nuestros
ejemplos, no con teorías, ni con discursos, ni prédicas, sino, con el claro y
sencillo ejemplo de nuestro comportamiento social, y, manifestación laboral
práctica, de que somos antes que todo y antes que nada, de profesión hombres de
bien, y hombres honrados y decentes. ¡NO ES NECESARIO YA FINGIR QUE SOMOS ADULTOS,
JUGUEMOS A SER ADULTOS! ¡PORQUE JUGANDO SE APRENDE! ¡APRENDAMOS A SER ADULTOS!
¡Juguemos
a comportarnos como seres humanos honrados y decentes! ¡Porque jugando se
aprende! ¡Aprendamos a ser honrados y decentes!
¡No
es necesario que finjamos ser justos, juguemos a ser justos! ¡Porque jugando se
aprende! ¡Aprendamos a ser justos!
¡No
es necesario que finjamos ser pacíficos, juguemos a ser pacíficos, porque
jugando se aprende! ¡Aprendamos a ser pacíficos!
¡No
es necesario que finjamos que nos amamos, juguemos a amarnos, porque jugando se
aprende! ¡Aprendamos a amarnos!
¡No
es necesario que finjamos ser felices, juguemos a ser felices, porque jugando
se aprende! ¡Aprendamos a ser felices!
¡No
es necesario que finjamos amar a Dios, juguemos a amar a Dios por encima de
todas las cosas y todo cuanto existe, porque jugando se aprende! ¡Y si
aprendemos a amar a Dios, aprenderemos a amar a nuestros semejantes,
aprenderemos a ser justos, aprenderemos a ser pacíficos, aprenderemos a amarnos,
y aprenderemos a ser felices!
Cristo
Maestro Andar.
¡Acudid
a la llamada de vuestro pastor, levantaos ovejas mías!
¡Acudid
a la llamada de vuestro Padre, despertad y levantaos hijos míos!
¡ACUDID
A LA LLAMADA DEL DIOS DEL CIELO!
¡Manifestaros
por la justicia social, por la igualdad social y económica, por la paz, por el
amor, por la libertad y por vuestra felicidad, todos los domingos a las 13
horas por toda la Tierra!
¡POR
UN SOLO PAÍS, EL MUNDO! ¡POR UNA SOLA BANDERA! ¡POR UN SOLO IDIOMA! ¡POR UN
SOLO DIOS!
Mandar
a todo medio de comunicación, organismos, ONU, políticos, religiosos, iglesias,
ONG, sindicatos, Internet, etc., nacionales e internacionales (Traducir a otros
idiomas)
(Más
información en: cristo.webblog.es, ungranmonte.wordpress.com,
ungranmonte.blogia.com, ungranmonte.blogspot.com)

