EL QUE A HIERRO MATA A HIERRO MUERE
Quiroga a 14 de octubre
de 2023
Ayer llovió en estos
montes, en estos campos abandonados, y, llovió sobre la maleza de mí corazón.
Más no me sentí limpio, ni mojado, pero sí frío y descontento, conmigo y con mi
situación, y conmigo mismo. Es como si lo más pesado de mi alma se pegara a mi
piel entristecida por la frialdad cercana de la ropa de aguas que me aislaba, y
como si esta frialdad, que me traspasaba la camisa llegara hasta mis huesos,
haciendo que me sintiera semidesnudo ante la intemperie que me acariciaba como
sensación de verdadero otoño. Esto es normal, ya que llevábamos un principio de
otoño, que era puro verano. Y, esto me hacía recordar un viejo refrán que le había
escuchado a uno de mis bisabuelos y era que cuando una estación se retardaba en
reaparecer él decía “Allá no se va a quedar” Que sintiendo el verdadero sentido
del que decía del “Allá”, se refería “Al más allá”, Que resumiendo estaba diciendo
que, lo por venir, en el pasado, no se quedaría, y que más pronto o tarde, se manifestaría
en el presente. Y, yo recordando este hecho, siempre que una estación se retardaba
en aparecer recordaba este viejo refrán, y, que no tardaba mucho tiempo en
cumplirse.
¿Pero porque os cuento
esta historia de mi vida? ¿Sabéis por qué?
Jesucristo dijo esta
famosa frase de: “El que a hierro mata a hierro muere”
¿Y, por qué os digo
esto? ¡Porque sin duda esto es cierto y se cumple! En otras religiones a esto
se le llama Karma, pero qué más da como se le llame, sino, que, tan claro como
el cielo azul y la noche estrellada, que, la justicia vuelve con el tiempo y
nos devuelve lo sembrado. Nos devuelve todo el mal y todo el bien, con los
cuales hemos andado por los caminos de nuestras vidas. Y, es por todo esto que
yo si lo estoy pasando mal, no lo veo mal, sino que es una consecuencia de
todos mis aconteceres y experiencias, que he sabido o no, enfrentar
adecuadamente, decentemente, ordenadamente, etc.
Y, mirando en mi
presente, a veces me siento culpable y otras inocente, de todo lo que me está
pasando. Y, observo todo lo que está aconteciendo en estos días, y, sobre todo
el ataque sorpresa de los palestinos al pueblo israelí. Y, pongo en duda, que
todo esto, que está sucediendo, con toda la eficiencia, de las fuerzas de inteligencia
israelí, me llevan a pensar, que todo esto fue organizado por las fuerzas de
inteligencia de este mismo pueblo, para que los palestinos cayeran en su trampa
bien planeada, también con el compañerismo del imperio anglosajón, para luego,
llevar a cabo, sus planes bien estudiados, y, que muy pronto sabremos[UdW1] de que se tratan. Porque tarde o
temprano, todo saldrá a la luz.
Pero al observar todo
esto viene a mi razón, de que los judíos en la segunda guerra mundial tuvieron
su karma, su holocausto, que duraría 3 o 4 años, aproximadamente. Pero que el
karma de los palestinos, y su holocausto está durando ya 75 años. Y, cuando nos
erigimos en jueces de otros seres humanos, los seres humanos volverán a ser
nuestros jueces. Es por esto que la justicia la debemos dejar en manos de Dios,
porque Él, nos dejará complacidos y nos librará de nuestros errores, pecados,
etc.
Y, yo no dejo de sufrir
ahora por los palestinos, tampoco de sufrir por los israelíes. Porque sé que
por mi alma corre sangre verdadera de los antiguos y legítimos judíos. Y, sé
que estos modernos judíos e israelíes, son los descendientes de saduceos y
filisteos, que son producto de la mezcla de las antiguas líneas de sangre israelíes,
que se cruzaron con otros pueblos a lo largo del caminar por sus destinos.
Tan solo recordaros a
todos, que no debemos de abusar de nuestro poder y juzgar, sojuzgar, someter y subyugar,
a otros y tomar la justicia por nuestras manos, si no que sea Dios, quien nos
juzgue y prepare nuestro futuro y nuestro destino. Porque estamos seguros que
ÉL, no se va a equivocar al elegir un destino feliz para todos nosotros. Porque
cuando nosotros nos erigimos en jueces y verdugos, podemos estar seguros de con
todos nuestros conocimientos, tenemos asegurados nuestros errores, deslices e
injusticias. Y, dejaremos marcados a fuego en nuestras almas del presente,
nuestros destinos y nuestro futuro cierto, innegable e indiscutible.
Maestro Andar.